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El fin de Europa se encuentra mucho más próximo
de lo que algunos piensan. No será una caída tan agónica y traumática, como la sufrida
por el Imperio Romano. El tan deseado apocalipsis se avecina, los kalergianos
defensores del Nuevo Orden se encuentran más cerca que nunca de la victoria
total.
La
vida en ciertas naciones europeas, se está volviendo insoportable para los
nativos. La profunda división social, religiosa y racial existente, ha traído
la guerra a las calles. La Europa actual no es más que un mastodóntico
conglomerado burocrático, que da cobijo a una multitud de organismos públicos
que no funcionan. Quizá lo mejor sería tratar de tirarlo todo abajo, ya que nos
estamos convirtiendo en la nueva URSS: todos iguales, todos desacralizados,
todos apátridas, todos mestizos.
La soberanía nacional, la integridad territorial,
la independencia económica del país y la defensa de su sangre, cultura y
tradición; son temas sobre los que ya no se discute. Los enemigos de Europa han
tardado centurias en arruinar el legado de nuestros antepasados, pero llegó el
"hombre moderno" y con él cambió todo. Han bastado unas pocas décadas, de los siglos
XX y XXI, para que su trabajo se haya visto culminado.
El borrado de la memoria colectiva de los
pueblos hace que Europa sea solo eso: un simple nombre, un trozo de tierra
repleto de gente que no siente ningún apego por ella.
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